domingo, 30 de noviembre de 2008

El primer baúl (parte 4)

Cuando salí al parking, el día gris en el que me desperté se había convertido en un precioso día soleado y alegre. Era como el anuncio de un nuevo comienzo. Era justo lo que estaba esperando degustar.
Esbozando una sonrisa, que en segundos ya era carcajada, liberé mi coche de la mirada altiva de los estirados deportivos que lo escoltaban en el aparcamiento y me largué de allí.
Al salir me despedí de Benny deseándole buena suerte. Me sonrió. Parecía que supiera lo que había sucedido arriba y que por ello me estaba dando su aprobación.

Ya en la calle metí en el cd del coche el "Hunky Dory" de Bowie y aceleré.
Mientras acompañaba a Bowie voz en grito, empecé a sumergirme en un estado de satisfacción plena como hacía tiempo que no hacía. Concluí que podría pasarme el resto de mi vida conduciendo y cantando, descubriendo lugares nuevos, abriéndome nuevas fronteras y así olvidarme de todo lo anterior, de mi vida tan banal y oscura.
Así, decidí que seguiría conduciendo hasta que se hiciera de noche para no disipar esos sueños de realización completa que, acompañados de una gran banda sonora, invadían mi cuerpo en esos instantes.
Embuído en ese estado de semiinconsciencia pasé de largo la hamburguesería y salí de la ciudad.

No sé cuanto tiempo estuve empujando mis pensamientos lejos de la ciudad hasta que me percaté que había anochecido. Era la primera vez en mucho tiempo que gozaba de unos momentos para mí. Me sentía bien, tremendamente relajado y sereno.
Por fin había respirado vida, tenía los pulmones llenos de ella, y la sangre se había encargado de llevarla al resto de mi cuerpo.
Un renacimiento. Un nuevo camino que tomar.

Un nuevo camino que tomar, sí, pero por dónde empezar. Llegó un escalofrío y un pequeño mareo. De repente estaba perdido. ¿Qué hacer ahora?.
En un acto reflejo cogí el teléfono móvil y marqué un número de memoria. Contestó una voz masculina.



PONER "Queen Bitch" de David Bowie EN EL WINAMP Y EMPEZAR A LEER.

No hay comentarios: