lunes, 1 de diciembre de 2008

El primer baúl (parte 5)

- Parker... ¿Estás haciendo algo?... ¿no?... Vale tío, cojo unas cosas y voy para allá... No, no, no pasa nada... Sí... Vale... Llevaré unas cervezas.

Bien, ya tenía un plan. Volvería a casa, cogería unas cosas e iría a ver a Parker. No es que fuera un gran comienzo, pero era un comienzo al fin y al cabo.
Me despejé un poco, encendí el cd y conduje de vuelta a casa.

Realmente había estado conduciendo un huevo. Tardé casi tres horas en llegar.
Por fin a pagué el motor del coche en el garaje y entré en mi nada humilde morada.
Y allí estaba la bruja. Nada más cerrar la puerta tras de mí, mirándome con un odio nada disimulado.

-¿Dónde has estado? -me espetó- ¿Has estado con una furcia, verdad? Seguro que fue esa chica nueva, la rubia, esa "monada" de la fiesta de los Fansworth... ya...

Me horrorizó la falta de originalidad de aquella mujer a la que, posiblemente, algún día había apreciado ¿Dónde estaba su autoestima? ¿Acaso pensaba que aquello era lo único que podía hacerme llegar tarde a casa? ¿Acaso creía que aquel era el único motivo que podía tener para alejarme de ella?
Cada vez soportaba menos a esa mujer de diseño, que seguía gritando y blasfemando con esa boquita tan linda.
Mientras me dirigía a nuestro cuarto para recoger algunas cosas, no pude evitar que mi cara mostrase un gesto de total repugnancia hacia ese ser que chillaba y sacudía los brazos ante mí.

Con total parsimonia bajé una de mis maletas del altillo de nuestro lustroso armario de roble y comencé a sacar ropa de los cajones. Lo justo para pasar tres o cuatro días en casa de Parker. No necesitaba más. La idea de alejarme de esa mujer, que seguía gritándome como una loca, hacía que la maleta se llenara casi por si misma.
Cuando por fin la cerré, me dirigí al cuarto de baño. Quería ver por primera vez en mucho tiempo una sonrisa. Pero lo que vi no fue una simple sonrisa; mi boca se había convertido en una inmensa caverna de la que salía toda la enrabietada felicidad que había estado oculta, alejada de mi mundo desde épocas inmemoriales.
Podía sentir cómo invadía aquel cuarto y se esparcía por toda la casa, trepando por las paredes, ahogando cualquier atisbo de tristeza.
Y noté la fugaz presencia de un enorme silencio tras ella... De golpe cerré mi boca, no estando seguro de si algo de aquella energía desgarradoramente positiva y renovadora aún permanecía en mi interior.
Me quedé unos instantes así, mirando al espejo con la boca cerrada y esbozando la sonrisa, y al fondo, tras de mí, de pie, inmóvil, estaba una de las pruebas de mi desfachatez pasada, de mi autocomplacencia y conformismo.

Tenía que dejar todo aquello de una vez. Agarré la maleta y dirigí mis pasos hacia la puerta. Ella no dijo nada. Ya había gastado toda la batería de insultos e inconveniencias, ahora sólo me miraba mientras abría la puerta y me largaba.
Dudo que ella llegara a soltar una lágrima. Así pues, me senté al volante, tiré la maleta eb el asiento de al lado y metí el "Disraeli Gears" de Cream en el cd.
Arranqué.

La casa de Parker no quedaba lejos, así que me lo tomé con calma. Quería seguir disfrutando de la música que se iba deslizando hacia mi a través de los bafles...



COMO A LA MITAD... EMPEZAD A COMPAGINAR LA LECTURA CON "World Of Pain" de Cream

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta pero ya es martes y esto no progresa....

Anónimo dijo...

Un estilo narrativo casi profesional.Como crítica 'constructiva' diría que quizás es insistentemente descriptivo; quizás algo de diálogo le daría más agilidad y participación a los personajes.
Magnífico Dani.
Me permito ofrecerte una sugerencia musical: 'I'd wait for life'-TAKE THAT.
Saludos.
(Lepanto).